No utilizaré la palabra con la que pudiera titular este comentario. Retomaré para ilustrar mejor el motivo de mi trivial angustia un dicho de la sabiduría popular: “Tapar el sol con un dedo”. Lo usamos para dar a entender que algo pequeño, como un dedo, pretende abarcar la totalidad de algo grande, como el sol. Aplica para los pretensiosos, para los ambiciosos, también para quienes manipulan y engañan, para quienes quieren hacer creer que su dedito es más grande que el sol. La historia del arte y la literatura, que son el sol de este drama, ha tenido que lidiar siempre con dedos, a veces delgados y débiles, a veces gruesos y fuertes, que han querido ocultarla.
Estas formas de ocultamiento comienzan generalmente por una falsa reivindicación del carácter lúdico del arte; su carácter de entretenimiento, la bonitura, el ornamento, el goce y el disfrute, reluce en las voces institucionales que desconocen el sustrato autocrítico de toda manifestación artística ¿qué de lo artístico no nace, necesariamente, de un llevar la mirada a nosotros mismos? ¿qué de lo artístico no tiene como precedente al menos un intento de autoconocimiento? Y no me refiero solo al autoconocimiento del ser humano sino de todo lo que lo rodea. El arte griego se funda sobre ese principio; la tragedia puede entenderse como el resultado de un auscultamiento sincero de lo que es loable y deplorable de la humanidad; el divertimento que tiene como efecto la comedia no hubiera sido posible sin la profunda comprensión de los problemas sociales.
Campaña en redes sociales contra el Decreto 349 (Cuba). De izquierda a derecha los artistas y activistas Adrián Monzón, Lia Villares, Ana Olema y Diddier Santos. | Twitter de Cubalex
Cuando la institución pide un arte que hable del amor, la muerte y la posibilidad de sanar mediante la literatura -una idea banalizada hasta el cansancio en el vacío discurso institucional- y, al mismo tiempo, pide que ese arte no haga crítica, que no cuestione, que calle la inconformidad, que silencie las preguntas… no solo está pidiendo mal arte, arte de pésima calidad, sino que deja clara su ignorancia respecto del arte mismo. Entonces uno dice, otra vez, “pretende tapar el sol con un dedo”.
El arte puede ser sol e iluminar los caminos si huye del dedo de la institución, si lo esquiva, o si brilla tanto que su brillo se trague el dedo. Y el brillo de la literatura, de la poesía (tan manoseada la pobre), del teatro, la danza, la pintura, incluso la música, depende de su capacidad para hacer crítica, crítica de nosotros mismos y crítica del mundo, y el mundo también es la politiquería, los malos manejos de los recursos, la falta de espacios para la cultura, la falta de oportunidades, los malos olores, la falta de agua, los funcionarios mal preparados, las plazas de vicio, el crimen, la mermelada y un largo etcétera.
Pretender hablar del amor y la muerte (qué originalidad) sin que eso implique cierto desencuentro, cierta incertidumbre, sin que eso implique preguntas por uno mismo y por el mundo (y no hay que olvidar que para muchos el mundo es el pueblo donde se vive) es una condena a la ignorancia. Y toda sanación implica salir de alguna ignorancia.
Alguien me dijo que esto es pedir peras al olmo. Tal vez. El tiempo y mis comentarios secarán el olmo, mientras tanto habrá que ir cultivando las peras.
Manifiesto Mamagá-llista.
ResponderEliminar¡Uyuyuy! la casa consistorial enarboló el estandarte Mamagá-llista, a ver explico, hacen pasar intencionalmente declaraciones facciosas por comunicados bien intencionados. Aquí en la tierra de la mafafa y la hulla - ¡huya, huya, huya! - mamar gallo es moneda de cambio, renta fija para las arcas municipales. La ley del mamón, ¿Cuál mamón? , pues el de la teta pública, ¿Acaso hay otro?. El edicto fue pronunciado por la corte de Borbón. Ningún artista en Amagá puede, ni por equivocación, osar referirse a su buen nombre y sindéresis administrativa. ¡Perogrullada! , la vuelta del bobo, mamagallistas cojan oficio. Como va ser posible que un puñado de artistas, pueda hacer tambalear el solio Sanfernandino. Ayer pude leer el edicto y reza así:
La holgazanería artística queda prohibida.
La crítica social por medio de expresiones artísticas. PROHIBIDA
Ley seca para: teatreros, cuenteros, cronistas, actores, pintores librepensantes.
Condenar al escarnio público los siguientes manifiestos: “Tapar el sol con un dedo”, e “ícaro moderno”.
Demoler la casa de la cultura.
El edicto está en período de prueba. Al parecer, cuenta la parroquia, todo parece ser otra mamadera de gallo.
Me pregunto si alguien más, además de vos y yo, leerá estas cosas. Me pregunto y no me importa. Si estas 900 palabras provocaron tu escritura, el esfuerzo se justifica. Gracias.
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