Ir al contenido principal

"Muy caribe está", de Mario Escobar Velásquez, o una contra-Crónica de la Conquista (Comentario)

La expresión se me ocurrió en una conversación con un amigo; le hablaba de la novela que recién había terminado de leer por recomendación de un lector y promotor de lectura que, a veces en broma y otras en serio, no quiere para nada a la literatura colombiana. Se trataba de la novela Muy caribe está, escrita en 1999 por Mario Escobar Velásquez (1928-2007). Siempre que hablo del profesor Mario me gusta decir que fui su estudiante, no para presumir de mi escritura —de hecho, nunca fui el estudiante destacado de su clase— sino de haber tenido a un escritor como maestro, a un escritor de verdad.


El profe Mario era un creador de palabras, le encantaban, se sabía tantas y tan raras que a veces uno no creía que existieran dentro del español; otras, como lo comprobé al leer su novela, se las inventaba a partir de procedimientos poco ortodoxos para algunos. En todo caso, en su clase de composición española la lengua era realmente una cosa viva contra la que había que pelear y, muchas veces, perder ¿Qué hubiera pensado el profesor de una expresión como contra-crónica de la Conquista?



Edición Biblioteca Mario Escobar, Editorial EAFIT, 2020

Contra es un prefijo que denota oposición. Se me ocurre que Muy caribe está puede ser leída como oposición a la orientación épica de la crónica de Indias; de hecho, en muchas ocasiones el narrador se refiere a los cronistas españoles del periodo de la Conquista como poco fiables, exagerados y viciados. Parece haber más ficción en los escritos de los europeos que en la misma novela, a veces se nos siembra la duda. No obstante, lo que más llama la atención es el punto de vista desde el cual se construye el relato; no es el heroísmo altisonante, el narrador-personaje se nos presenta como un conquistado por los caribes, lo que lo pone en una situación que difícilmente encontramos en la clásica crónica de la Conquista. 


Así las cosas, la historia de la conquista del territorio que hoy es el Urabá antioqueño se nos presenta, sí, como telón de fondo, aunque uno siempre tiene la sensación de que esa tierra es en sí misma otro personaje de la novela que tiene carácter y se transforma. Me atrevo a decir que la novela puede ser leída, también, como un interesante documento que provoca a la Historia y se enfrenta, sin miedo, a la Antropología, la Geografía o la Zoología. 


Hay mucho erotismo en Muy caribe está; confieso que, sin haberla leído, el título de la novela me sugería sensualidad, calor, música. Encontré mucho de eso, aunque desde una perspectiva que recuerda esa inocencia del erotismo en ciertas narraciones de la baja Edad Media, ese carácter lúdico, natural y, por eso mismo, bello. Escobar Velásquez propone una versión de la mujer caribe que, además de cuerpo y sentidos, es libertad y sabiduría; estas mujeres y el erotismo con que se presentan resultan atractivas por su relación con un elemento poco frecuente en la representación de la mujer indígena: Miel, la mujer caribe de la que se enamora nuestro narrador es, al mismo tiempo, bella, sabia, salvaje y libre. Eso hace que cualquier alusión a su cuerpo y al placer del encuentro amoroso adquieran una dimensión que sobrepasa lo sensual, al tiempo que nos plantea una representación de la indígena que no es la conquistada ignorante y abnegada, sacrificada, muda y víctima de la Conquista; de hecho, en la novela las mujeres caribe pelean junto con los hombres y hay una bella y cuidada alusión a los cuerpos desnudos de esas guerreras enfurecidas.   


Aunque suene extraño, también hay erotismo en la representación de la muerte que acompaña al viejo narrador mientras rememora el tiempo de la conquista, mismo tiempo que escribe en las páginas que leemos. Esta muerte (mujer) se presenta paciente, también sabia e impúdica ante un narrador que la construye a partir de lo que extraña y añora al ver los huesos y cuencos vacíos: carne, cuerpo, sentidos, placer, vida. En esos diálogos con la muerte hay paisajes memorables que nos acercan al héroe, lo humanizan, al tiempo que se nos propone una versión de la muerte que no puede ser sino producto de la experiencia, la contemplación y la vida bien vivida.


Como contra-crónica Muy caribe está no se queda sólo con contar la fundación de “ciudades”, en este caso San Sebastián de Urabá y Santa María la Antigua del Darién, sino también la profusión de hechos desafortunados que conducen a su declive. Las hambrunas de los españoles, las derrotas, su sorpresa ante la astucia e inteligencia de los aborígenes son aspectos poco o nada mencionados en la clásica crónica de la Conquista. Las historias de la fundación y caída de estos asentamientos hoy prácticamente olvidados resulta muy verosímil, aunque ignoro el trabajo de investigación que permitió al escritor traer hasta nosotros trazados de estos sitios y la geografía donde se ubicaron como si se tratara de un auténtico testimonio de un sobreviviente de los caribes. 


El profe Mario, tal cual lo conocí en los comienzos de los años 2000

Este punto de vista testimonial es el que nos permite conocer versiones de los conquistadores españoles cuyas características, si bien hacen parte de la ficción de Escobar Velásquez, nos permiten ver en ellos rasgos de ambigüedad, fragilidad, humanidad en todo caso, que sólo nos es permitido conocer en la novela. Estos personajes aparecen desprovistos del halo épico, ya se ha dicho; no son la personificación de la victoria y el éxito logrados al amparo de Dios, pero tampoco son las víctimas de la furia de los caribes. La ambición desbordada, la traición y la mentira son características de Francisco Pizarro en toda historia en la que aparece; no obstante, en esta novela Pizarro es eso y también un hombre al que el narrador le reconoce cierta coherencia y sentido de supervivencia. No creo que la novela se resume en un simple y aburrido conflicto de buenos y malos; los caribes también son crueles y sanguinarios, al nivel de los españoles. La barbarie es el elemento común y la muerte la que iguala todo. 


Finalmente, los elementos metaliterarios constituyen el acabado final de la contra-crónica. En la reflexión que se construye sobre el propio proceso de escritura a lo largo de la novela están las claves para comprender la necesidad y la pertinencia de un nuevo relato sobre la Conquista; uno en el que intervengan nuevos personajes, contextos y situaciones y, sobre todo, en el que nuevas formas de enunciación den lugar a nuevos posicionamientos. Muy caribe está no es una novela de amor que tiene como trasfondo la conquista de los territorios del Urabá; es una versión literaria de la conquista de ese territorio que, haciendo uso de elementos ficcionales, nos permite conocer una parte de la Historia de la que no teníamos noticia, al tiempo que una visión sobre ese fenómeno que lo acerca como producto del siempre errado obrar humano. 


Comentarios

  1. Leo, leer tus comentarios y puntos de vista de los textos, es llenarse de ansiedad por saber a fondo de qué se trata el libro... Me pasa que te leo, y ya quiero leer lo que leíste y tener mi propio comentario.. jejeje

    Gracias por compartir tu punto de vista sobre el texto, ya quedará otro libro en mi lista de auto-regalos 😋

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a vos por tomarte el tiempo para leer el blog. Pienso que este es un libro que vale la pena tener en la biblioteca. Por supuesto, sabés que sos bienvenida a mi pequeña biblioteca.

      Eliminar
    2. Leo, gracias por compartir esta bella reseña con nosotros, la verdad no sabía que el profe, también era escritor, sin duda este texto es una motivación para indagar en sus letras.

      Eliminar
    3. Y hay mucho para leer al profe. En los últimos días he visto un mayor interés por su obra; hay reediciones, charlas, se sugieren sus textos. Esta es una oportunidad para conocerlo y valorarlo. Gracias a vos por pasarte por aquí.

      Eliminar
  2. Gracias por invitarme a leer en tu espacio. Nunca olvidaré que debo pensar muy bien en el significado de las palabras, gracias a las clases del profe Mario. No sea que le diga tierno a todo el mundo sin querer decirle infantil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cata, gracias a vos por tomarte el tiempo de leer y escribir. Así es, esta fue una buena oportunidad para recordar al profe. Recuerdo que le encantaban tus escritos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Para qué un desfile de mitos y leyendas hoy?

Una mujer de casi ochenta años estuvo de pie, al lado mío, durante las casi dos horas que duró el paso del desfile en la tarde de ayer. La acompañaba su nieta, de unos treinta, y un nieto, de máximo seis. Presencié el desfile al lado de tres generaciones. Quiero decir que lo más bello del desfile transcurre entre los cientos de personas que se asoman a la calle, a la esquina, a los balcones, a las puertas y ventanas para ver lo que vemos cada año, aunque con la expectativa de la primera vez. Hay quienes todavía se asustan con las máscaras y gritos de los personajes disfrazados, también están los que critican (como yo), los que se conmueven y evocan (también como yo) otros desfiles de otros tiempos, y quienes a pesar de los cambios inevitables creemos que en el desfile anual de mitos y leyendas del pueblo está nuestra historia, nuestra memoria, nuestros malestares y contradicciones, en fin, lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos ser.    Mientras veía pasar pancartas, carrozas

El fin del mundo debe ser el olvido

El fin del mundo debe ser el olvido. Los fines del mundo, que son muchos, no se mencionan en la gran prensa ni aparecen en los noticieros; se encubren todo el tiempo como una impureza en la piel y sucumben a esa naturalización del horror.   Me sucede por estos días que paro una lectura para iniciar otra, generalmente del mismo autor. Interrumpí Zona de obras para leer Los suicidas del fin del mundo , escrito por la portentosa Leila Guerriero al comienzo de este siglo XXI –portentosa es un adjetivo que aprendí de ella precisamente– y publicado en 2005.   Si no la hubiera escrito Guerriero esta sería la historia de una ola de suicidios que ocurrió en Las Heras, sur de Argentina, a finales de la década de 1990 y comienzos de los 2000. Pero como lo ha escrito ella, este libro es eso y muchas otras historias, eso y muchas otras perspectivas, eso y la historia de un pueblo, eso y la vida de los homosexuales en una comunidad aferrada a valores conservadores, eso y los efectos de la explotac

El profesor Jairo Ramírez Rico

La tarea consistía en escribir nuestra propia versión de la Divina comedia , luego de haber leído algunos cantos de la obra de Dante; una tarea más para los estudiantes de décimo, una oportunidad para un muchacho de quince años como yo en ese entonces, con una familia desmoronándose, con todas las dudas posibles sobre su sexualidad y con un deseo incomprensible de no querer estar más en el lugar que estaba. Mi tarea, como era de esperarse, se concentró en el infierno (recuerden que en la obra Dante pasa por el infierno, el purgatorio y el cielo); allí, en una clave que el profesor leyó a la perfección, pude poner toda la desazón y la incertidumbre que embargaba mi corazón adolescente y dramático. No recuerdo más de ese ejercicio, solo que tuvo mucho éxito y que, incluso, hubo dos compañeros que me pagaron para que escribiera sus propios infiernos. Hay quienes están dispuestos a pagar por eso y hay quienes queremos que nos paguen por hacerlo, lo aprendí muy temprano.  Jairo, el profesor