No es sólo un libro de crónicas; es, también, un libro sobre la escritura, sobre la literatura, sobre la reportería. Existe en la historia del periodismo un momento en el que los redactores salen de las salas para buscar la noticia, el suceso atractivo, y con ello una forma distinta de contarlo, lo que muchos han llamado la voluntad de estilo. Creo que no es un desacierto ligar El pecado de la carne (2023) a esa tradición. Incluso, hay que decir que es un libro que incluye crónicas (y otras formas no necesariamente periodísticas y no por eso ficcionales), pero que no tienen la urgencia ni la demanda del periodismo; la situación de producción de esta escritura es otra. No sé si Delgado se sienta periodista o no, pero estoy por creer que su interés no se agota en contar la noticia sino en vivir la experiencia para luego transmitirla de alguna manera, lo que no lo libra del morbo, del atractivo de lo sórdido, del exotismo, de un lugar de enunciación de los escritores aburguesados co...