Es posible que no se haga la casa una sola vez en la vida o que para hacerla haya que tumbar y abandonar muchas. Tal vez porque la casa siempre es uno, o uno y su propia situación. Pienso en cada cosa que uno lleva a su casa, una planta, un muñeco de porcelana, un nuevo plato, un juego de tazas… Cada cosa se elige como si definiera algo vital, aunque tal vez no lo sea. Por eso da nostalgia dejar las casas, aunque haya otras nuevas; porque, querámoslo o no, algo se nos queda en las que ya habitamos y, aun nostálgicos, no perdemos la esperanza de construir una nueva, siempre una mejor, eso pensamos. Abril 9, 2021