Folletín, melodrama, misterio, detectivesca, novelesco, todas estas palabras pasaron por mi cabeza mientras leía las seis historias que conforman este libro de Jorge Mario Betancur Gómez. Esas palabras y no Historia, y no crónica, porque algo como un código literario se impuso desde el principio, así haya tenido en cuenta los paratextos que advertían sobre la rigurosa investigación documental que precedió a su composición. Porque, hay que aclararlo, las historias incluidas en Déjame gritar tienen esa nota agravante que dice “basado en hechos de la vida real” que parece cambiar todas las condiciones del pacto que acordamos como lectores. Este es el punto en el que vuelven a aparecer todas las preguntas sobre esa no siempre precisa distinción entre la escritura de “no-ficción” y la escritura de ficción. Distinción que tiende a perder relevancia cuando la experiencia de lectura es, finalmente, una experiencia de lectura literaria como cualquier otra. No creo que la relación con el f...